Nachos a la cerveza Kirin con carne y cuatro salsas

PARA REGAR NUESTRO GAZNATE: Una Kirin Ichiban, una combinación asiática refrescante ideal para un aperitivo.

PARA AGRADAR A NUESTRO PALADAR: Unos nachos con carne cocinada con cerveza, toques picantes y cuatro salsas.

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Uno de los aperitivos más concurridos de nuestros días son los nachos. Esta comida que tiene origen en México es una combinación de unos snacks en forma triangular y diversas salsas y aderezos. Hoy queremos preparar unos nachos clásicos pero con un toque especial: la cerveza. Para esta receta hemos elegido la cerveza, una Kirin Ichiban, una cerveza japonesa de gran tradición y que es una combinación rompedora para un plato de Centroamérica. Esta cerveza creada por un estadounidense de procedencia noruega en 1864 comenzó a tener éxito en el país nipón hacia 1888 cuando la compañía adopta el nombre de Kirin, en honor al ser mitológico, mitad caballo mitad dragón, que está considerado como un símbolo de la suerte en la cultura oriental.

En primer lugar sofreiremos en una sartén con un poco de aceite de oliva media cebolla picada y una cantidad de guindilla al gusto para darle un sabor picante a la salsa final. Una vez pochada la cebolla la dejamos reposar fuera de la sartén y con el mismo aceite que ha quedado con el sabor del sofrito, cocinamos la carne picada. Añadimos especias provenzales para conseguir matices diferentes y cuando la carne esté lista introducimos la cebolla y la guindilla que previamente habíamos dejado a punto. Para darle el punto especial añadimos una generosa cantidad de cerveza Kirin dentro de la sartén con todos los ingredientes y subimos el fuego al máximo.

Rehogamos todos los ingredientes juntos durante unos minutos con la cerveza en ebullición. Posteriormente bajamos el fuego al mínimo y dejamos que se vaya evaporando la cerveza y que su sabor quede impregnado en la carne. Cuando el sofrito esté listo lo volcamos en el plato que previamente habremos preparado con los nachos y dejamos el plato con una buena presentación. La combinación de colores es fantástica, la carne adoptará un color marrón claro que casa a la perfección con el color trigo de los snacks.

Por supuesto no pueden faltar el guacamole y la salsa de cheddar servida a parte en dos cuencos. Para completar una presentación espectacular añadiremos queso rallado por encima de la carne para que se vaya fundiendo e incorporaremos unas cucharadas de salsa ranchera en las esquinas para que los comensales tengan variedad para elegir. Además del guacamole, el cheddar y la salsa ranchera no nos podemos olvidar de la salsa mexicana, imprescindible. Así pues, toda esta variedad de salsas, con un sofrito de carne riquísimo y una buena jarra helada de Kirin Ichiban, con su color ambar, su sabor refrescante ideal para combatir las comidas con picante.

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